viernes, 30 de octubre de 2009




Infinito, lugar inhabitable para cualquier materia, el sitio impensable, el tiempo incontable.
El lazo que no termina, giros de cabeza sin llegar a ninguna parte, para cualquier materia normal.

Llegó la excepción de dos individuos, neblinosa al partil, más nítida a medio camino.

 Miradas que no terminan, besos que no acaban, detrás del muro y al girar de cada esquina encontraron sus pisadas, pero ni rastro de sus palabras.

Cuando iban por ellos deducían sus estelas, pero nada de sus físicos, como si lo que pesara de verdad se encontrara en aquel lugar, en aquel infinito. Llegar allí es imposible, para cualquier materia normal.

Se inició el lazo en el pasado, y vino a soldarse en este mismo instante, sitio impensable, tiempo incontable.

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